A 12 metros de una extraterrestre

Todo lo vivido a ratos parecía un sueño de no ser por los testigos, de no haber existido creo que me habría vuelto loco y habría terminado internado en un psiquiátrico pero poco a poco con el paso de los días, mi mente comenzó a ordenarse y al cabo de casi 1 mes de la impresionante experiencia vivida, volví a recibir un correo electrónico, sólo que esta vez desde otra cuenta de correo.

Al abrirlo decía:

Próximo sábado en tu parcela al atardecer, ve solo.
Iris

Volví a pensar en una broma de alguno de mis amigos o conocidos ya que el rumor de las luces en el cielo había corrido bastante lejos, pero algo me decía que esto no era una broma. Y estaba en lo cierto.

Ese día sábado no hice ningún comentario a nadie de ir a la parcela y si me preguntan estaba asustado pero la curiosidad en estos casos puede más. En mis fantasías imaginaba como me invitaban a visitar su planeta o sus naves, y que me enseñaban amablemente como funcionaba su tecnología, que venían en son de paz, que eran nuestros hermanos mayores y sólo Dios sabe cuantas patrañas pasaron esos días por mi mente.

Me senté al atardecer en una de las escaleras de la casa con un termo, café y galletas, como si fuera a ver una película. No tenía la menor idea de lo que pasaría, y poco antes de anochecer cuando casi había perdido las esperanzas de que algo inusual ocurriera los perros comenzaron a ladrar. Me puse algo tenso y deseaba tener mi revolver conmigo en ese momento, pero estaba en un cajón dentro de la casa. Luego de un momento a otro los perros quedaron en silencio, presentía que algo muy malo estaba por ocurrir.

De entre los arboles apareció una silueta a unos 20 metros, en ese momento me puse de pie. Estaba frente a mi una figura femenina con un traje de color blanco pero no un blanco radiante sino mas bien como un blanco invierno. Ella no se movía y yo tampoco, no se cuanto tiempo estuvimos así tal vez 1 minuto o 5, en ese momento perdí totalmente la noción del tiempo. No dije ninguna palabra, no sabía que decir, fue completamente desatinado tener una extraterrestre frente a uno y ni siquiera saludar, una bienvenida, palabras de buena crianza nada.

Como el asunto no iba a ninguna parte, los 2 parados frente a frente sin hacer nada, decidí hacer algo arriesgado, dar un paso al frente. Inmediatamente mil pensamientos invadieron mi mente, el miedo de que fuera interpretado como una agresión era el más potente. Pronto me di cuenta que mis apreciaciones era erradas, ella también dio un paso en dirección hacia mi, de manera que di un paso mas y su respuesta fue la misma.

Di unos cuantos pasos y nos íbamos acercando hasta que ella ante mi ultimo avance se mantuvo inmóvil. Entendí inmediatamente el mensaje, no debía acercarme más. Pude contemplar su rostro que no era humano a pesar de la poca luz que quedaba a esa hora. Ahora sabía en mi interior que ella era Iris, la extraterrestre que había socorrido 2 años atrás.

Pude ver su mirada y calculé en un principio que su altura era de entre 170 cm a 175 cm aproximadamente. En ese instante, sin hacer ningún gesto, ni con el rostro ni las manos, se dio media vuelta y desapareció en medio de los arboles por el mismo lugar donde hacía minutos atrás había venido. Me quedé sin saber que hacer o que pensar algunos minutos ahí parado, cuando los perros comenzaron a ladrar desesperados otra vez. Preocupado de que algo les hubiera ocurrido, fui a verlos y estaban en perfecto estado.

No vi ninguna nave, ninguna luz, ni nada despegar. Sabía que lo que había visto era completamente real. Al día siguiente hice las mediciones para determinar que la menor distancia entre nosotros fue de 12 metros, entre una extraterrestre y yo. Busqué huellas y recorrí el lugar donde ella estuvo pero no encontré nada.

En mi cabeza rondaba la idea que esto era sólo el principio, estaba en lo cierto. Lo que voy a contar en la próxima entrega será completamente alucinante.


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